Estamos encantados con este encargo que hemos tenido entre manos: una clienta con muy buenas ideas quería dar un aire nuevo a esta silla años 50. A su vez, tenía un kilim deteriorado que ya no podía utilizar y ¡qué mayor placer para nosotros: poder recuperar ambos tesoros!
Así es como se ha tapizado la silla y el resultado ha sido excepcional.
Se ha colocado en la entrada de la casa donde predomina la serenidad y colores claros, con lo que aporta un colorido como contrapunto visual.
Con el resto de la alfombra hemos confeccionado un gran cojín a modo de almohada. Un capricho que servirá como aliado para largas horas de descanso merecido.
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